lunes, 12 de octubre de 2015

¿Qué es un héroe?



Sú mera presencia es devastadora.

Ella ha entrado en su página por lo menos cinco veces.

Él mantiene conversaciones absurdas sobre poesía y música. Ella quiere explicarle el éxito de su último estilismo.

Él no ha vuelto a entrar en la suya desde esa primera vez, ella no logra entender porqué.

Le ha enviado imágenes, se ha hecho un selfie un poco picado, juntando los pechos con el escote, después de haberse maquillado y puesto rímel.

Ni loca va a ser ella la que empiece una conversación, eso sería como tatuarse <<desesperada>> en la frente.

Se le ocurre un pensamiento prohibido, _ si fuera a escribir algo, ¿qué sería?

Nada demasiado normal, él es profundo, se nota.

Le molestan sus pensamientos, se dice a sí misma nada se interpondrá en mí camino.

No escucha, no intenta oír tampoco.

Las palabras no combinan con Ragtime, pero sí con un jazz lento.

Ella aprieta los labios recien pintados en un rojo perfecto, mientras se mira en el espejo, pensativa.

_Algunos están arriba y otros abajo. Algunos lo tienen todo.

_Y otros, nada.

_Otros no significan nada.

Él, piensa _ cada uno se hace a sí mismo.

_ Dejas de ser algo.

_ Llega un momento en el que te cansas de ser aquello en lo que tus circunstancias te han convertido.

Ella se anima a volver a escribirle después de haber preparado unas fotografías de sí misma muy elaboradas, cuidando el vestuario, maquillaje y la pose con sumo cuidado.

Por qué no quiere parecer <<desesperada>>.

Ella;

Dios, no puedo. Mira, mi mejor amiga, a veces es tan malísima. Ayer por ejemplo, nos arreglamos y me dice que tengo los OJOS PEQUEÑOS. ¿Perdón?

Cualquiera que como mínimo me MIRE puede ver qué ojos tengo. O tú qué dices, que puedes ver mis imágenes?( Han llegado tres nuevas, por cierto).

Dentro de poco tendré unos días libres podría venir a verte. Te gustaría, no? jeje.


Él;
Gracias por llamarme Dios. Qué pena que tu amiga no entienda que tienes unos ojos enormes, pero qué bien que por lo menos empieces a escribir <<que>> correctamente.

Personalmente, he oído insultos peores que que te digan que tienes los ojos pequeños, como p*ta y z*rra, en mi opinión es de muy mal gusto.

Pero no puedes venir, porque entonces tendría que decirte dónde vivo.

PD: En serio, mirando las fotos tus ojos son enormes. Casi me dan miedo.

viernes, 9 de octubre de 2015

Finge hasta que lo consigas



Entras en una habitación y dices cosas, como si estuvieras en una obra de teatro.

Finges hasta que lo consigues. Hablas de sexo como si fuera un juego. Tienes aventuras. Haces lo que ves hacer a los demás sea lo que sea. Dices cosas para que te oigan, y no tanto para tener razón. Lamentas la luz de las farolas, porque las confundes con el sol.

La ciudad es una pistola sucia y tú eres la bala. Finge hasta que lo consigas.

El cinismo no es otra cosa que miedo.

Hazlo pedazos y vuelve a empezar. Lo rompes todo y vuelves a construir, destruir y volver a construir una y otra vez, como en una película a cámara rápida.

"Detective salvaje" poeta "desesperado" traficante ocasional.

Todavía no he aprendido lo más sencillo, así que no seas cruel.

A mí no me queda mucho tiempo.

Necesito matar para demostrar mi lealtad, porque no se muy bien qué siento ni qué pienso y lanzo granadas al aire mientras intento deseperadamente protegerme de tí.

Finge hasta que lo consigas.

lunes, 5 de octubre de 2015

Salvar el mundo



No quiero que se compadezca de mí.

No quiero que vea como soy cuando hago algo por primera vez.

En público soy, siempre, el producto acabado. La persona correcta, en el lugar correcto.

Me encantaría que me salvaran, que alguien me dijera lo que debo hacer. Improvisar resulta agotador.

Él no era guapo ni alto. Le temblaban las manos. Pero cuando se emocionaba, veías latir su corazón bajo la camisa: Y cuando la conversación se aceleraba oías los engranajes de su mente, era brillante.

La primera vez que lo vi, fue en un pub, discutiendo con un tipo que alardeaba de fumar ochenta cigarrillos diarios.

_Pero ¿quién es el gilipollas que los cuenta?_preguntó.

Él fumaba con ceremonia, como si cada cigarrillo contuviera oro.

Había entrado en el pub más de una hora tarde, como un juez que entra en la sala del tribunal. Era obvio que allí era donde se harían los negocios, también el teatro del corazón, donde ocurría todo.

Cuando nos presentaron me saludó con una inclinación de cabeza.

_Te presento a María _insistió mi amigo.

_Encantado de conocerte.¿Nos castigamos un poco?¿Con Ginebra, por ejemplo?

Tenía una sonrisa radiante. Cuando sonreía, era como si en toda su vida jamás hubiera deseado nada tanto como estar sentado a aquella mesa conmigo, fumando y charlando. Hablamos de la vida, la locura, de la pobreza, de nuestros árboles favoritos...

Y en veinte minutos supe que lo único que quería hacer era estar cerca de él.

Le conté que quería salvar el mundo.

Decidimos ir a otro sitio, deambulamos por las calles, nos sentamos en una acera y contemplamos la silueta de los edificios.

Llegamos a su concierto una hora tarde cogidos de la mano.

La sala estaba abarrotada, me quedé en un rincón al borde del escenario.

Durante las primeras canciones intenté contenerme, pero a la tercera canción empecé a llorar, sus canciones eran frágiles, asustadizas.

Me reconocia en ellas despertando de madrugada, sentada en mi cama, sola.

<<Solo/ en una casa en llamas/ dicidiendo quien saldrá el último>>

<<Somos la caballería/ la bondad es una herida/ y a la hora de cerrar/ lavamos la sangre/ con el pelo empapado en vino>>

Tuve que tragar saliva, estremeciéndome en silencio.

Hubo un momento que me miró y me vió llorar, y pareció que vacilaba. Pero entonces le sonreí, y él sonrió también, y retomó aquel coro tristísimo.

En ese momento comprendí que amaba a aquel hombre sucio, feo y locuaz, que deambulaba por la ciudad, persiguiendo luces y risas; y que luego por la noche, subía al escenario, se desabrochaba dos botones del chaleco con aquellos dedos torpes que empuñaban la guitarra y te mostraba el corazón.

domingo, 4 de octubre de 2015

Yo no salgo en sus canciones



Estoy preparada para convertirme en una marginada.

Dispuesta a buscar yo sola a mi musa.

La gente con la que él va habla como si estuviera en una película.

El ruido, un ruido como el de un tren que pasa por la estación sin detenerse, pero en lugar de verlo
pasar desde el andén, te plantas en las vías y el ruido se te mete en la cabeza y corre por tus venas.

Con el ruido no puedes discutir, no puede fallar ni caerse, no puedes encontrarle defectos.

Me como este ruido como si fueran bocados de niebla helada. Me lleno de él. Lo utilizo como
energía.

Porque uso la música como combustible y los libros como coordenadas, para saber adónde voy.

Me encantan sus discos: la arrogancia, la euforia.

Pero me da miedo, es como el granuja de mi barrio; paso a su lado con la cabeza agachada con la esperanza de que no me vea.

Las chicas como yo somos invisibles para los chicos de esa clase. Yo no salgo en sus canciones.

Las canciones que él escribe son como conversaciones de borrachos con sus amigos, sobre alguna rubia de portada.

Él también se tumbó alguna vez bajo su cama, consciente de que ya no podía seguir siendo quien era.

Intentando sobrellevar estos años para llegar a un sitio mejor que vamos a tener que construirnos nosotros mismos.

<<Hagas lo que hagas>>, me dijo <<no seas tú misma>>. Eso nunca da buen resultado.

sábado, 3 de octubre de 2015

Las tiendas de discos no son para mujeres



Las tiendas de discos son la cabaña en el árbol con un letrero que reza

<< Chicas no >> el equivalente para jovenes, que aman la música del salón de fumadores de caballeros. En mi fantasía más paranoíde cuando abro la puerta, deja de oirse la música, y todos vuelven la cabeza como en un bar del Lejano Oeste cuando entra un forastero.

Que pare la música sólo es una coincidencia: se ha acabado el disco pero que todos giren la cabeza, no.

Resulta que han pasado un montón de cosas desde que los Beatles se separaron.

He decidido empezar a ser yo. No tengo ni idea de en qué consiste. Todavía no puedo expresar en palabras lo que quiero. No hay nada en concreto por lo que quiera luchar. Lo que yo quiero todavía no se ha inventado.

Este miedo me enseñará una lección, jamás volveré a contarle a nadie que me siento mal, jamás confesaré una debilidad.

Madurar consiste en ocultar secretos y fingir que todo va bien.

Al final voy a donde voy siempre cuando necesito información sobre algo desconcertante, venenoso y aterrador: la biblioteca.

Con cuatro libros amontonados a mi alrededor, me entero de cómo se llama está sensación: << ansiedad>>.

Ahora agrupo hombres en mi pared: un círculo imaginario de amantes Dylan Thomas fumándose un pitillo, Orson Welles burlándose del mundo, George Orwell, Davie Bowie...

La letra de "Rebel Rebel" y "Queen Bitch" cuando Bowie dice, aullando, que él sabría hacerlo mejor.

Añado letras con un rotulador negro para que diga :<< No renuncies >>, y eso se está convirtiendo en mi leitmotiv.

Después compruebo que mis niveles de ansiedad han descendido bastante.

Me pongo una y otra vez "I Am The Resurrection" de The Stones Roses y me pongo a bailar en la cama con los brazos extendidos, emocionada.

Lo oigo. Me doy cuenta de que no estamos equivocados.

Somos lo que vendrá después.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Nadie te ve venir



La miré sin decir una palabra durante más de un cuarto de hora, y después, sin ningún tipo de preámbulo, le aseguré que una boca como la suya merecía toda mi admiración, que junto una boca así era capaz de permanecer la vida entera postrado. Su labios eran grandes y carnosos , pero lo que más me atraía de ellos era su forma de callar. Le pedí el teléfono.

La llamé dos semanas más tarde, tiempo suficiente para despertar en ella un poco de ansiedad y anhelo. El mes de abril suele ponerme romántico, seductor, y empleé mi técnica más efectiva; una mezcla intermitente de indiferencia e interés, de ternura y desprecio, que suele poner a las mujeres de rodillas, aunque esta parecía tranquila y resignada.

¿De qué estrellas caímos para encontrarnos aquí? _Le dije cuando la llamé.

Dormimos juntos esa noche y antes de que amaneciera hicimos tres veces el amor. Si utilizo esa expresión no es por cursilería repentina. Soy muy consciente de lo patético que puede sonar, sin embargo, no hay otra que describa mejor lo que pasó con nuestros cuerpos esa madrugada. Prolongamos, hasta la dimensión física, aquello que sentiamos desde que nos conocimos.

El radar que ciertas mujeres tienen respecto a la amenaza inminente o no de sus congeneres las emparenta con las serpientes y otros animales venenosos.

Todavía no me explico como se enteró Ruth.

Entonces comenzaron los mensajes de texto cada quince minutos, me abstuve de responder. El tono irónico de su escritura me dejaba saber que estaba al tanto. Aun así logré mantenerme lo bastante sereno, como para no delatarme, desde por la mañana hasta esa misma noche con amenaza de suicidio incluida. Miré la pantalla, habían entrado veintinueve mensajes, estuve dando vueltas al asunto. A las doce volvió a sonar mi teléfono y decidí enfrentarme a ella.

¿Con quién estás? _ replicó ella_ ¿quién es esa que hay en tú casa?

Era evidente que alguien le había dado información, no fue difícil convencerla de que se trataba de una pariente o una prima que estaba de visita en la ciudad.

Si no tienes nada que esconder ¿porqué no contestabas al teléfono?_ respondió ella

No voy a tolerar que me vigiles.

Me suplico que comiera con ella <<para disculparse>>.

Era lo último que quería pero accedí para que se tranquilizase.

Fue un error, quedamos en su casa y nada más entrar empezaron los gritos, después empezó a llorar.

Intente tranquilizarla sentándola en mis rodillas y acabé follando con ella. Fue uno de los mejores polvos de nuestra historia y tuvo varias repeticiones hasta bien entrada la noche.

Llegué a mi apartamento a las nueve. Apenas entré me di cuenta de que ella se había ido definitivamente; los discos y libros que le había regalado formaban una pequeña pila sobre el sofá donde apenas dos noches atrás habíamos oido a "Pink Moon" de Nick Drake.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Siempre esperaste algo que no es



Peligrosamente triste veía lluvia cuando hacía sol, desconfiaba de la gente, tergiversaba mis pensamientos

El mundo prefiere el dinero a verdad.

Dicen que tengo una perturbación emocional y que les resulta difícil hablar conmigo, por eso no hablo mucho y prefiero escribir cartas, en las que hay espacio para contarlo todo, a diferencia de las conversaciones donde luchas por encajar las palabras.

Las palabras pueden usarse como armas que hacen demasiado daño. Paro un golpe bajo con la cara en un momento de apuro, no soy de las que se agacha.

Él es de esos que podrían hacerte creer mentiras, de los que hacen que te sientas estúpida, fea y demasiado cohibida para expresar tus propias ideas, sin que importe lo segura que puedas estar.

¿Quien hace las normas?

La muerte esta bien. El sexo mal.

Hoy formé una constelación con sus pecas, sin que se diera cuenta.

He vivido siempre rodeada de perdedores.

Me encanta la comida china y empecé a comer todas las semanas chino, solo por las galletitas de la suerte. Y ahora todos mis libros tienen papelitos de la suerte que salen de las paginas como colas minúsculas y los uso de punto de libro, casi todos mis libros tienen uno de esos consejos dentro.

"Eres el dueño de tu destino", "Tu destino florecerá como una flor", "El futuro te reserva cambios interesantes", "La riqueza es la sombra de una mujer lista"...

Como las canciones descartadas que se suceden en una jukebox.

Solo quiero una noche normal.

Antes me encantaba celebrar cosas pequeñas, como encontrarme un euro olvidado en el bolsillo lleno de pelusa, o que no hubiera cola en correos.

Y ahora es complicado diferenciar la simulación del mundo real.

Él sabía lo que quería que dijese, así que conteste sí. Si iba a ser mi novio tenia que darle eso en un ahora mismo absoluto.

Tarareaba "Don't Be Cruel" de Elvis, la tarareo durante todo el trayecto hasta el motel, y en nuestra habitación acostado en la cama.


sábado, 19 de septiembre de 2015

Como si ardiera bajo la piel



Quería perpetrar atracos espectaculares, llegar en coche a un banco y liarse a disparar y salir pitando. Que los billetes revolotearan en la ráfaga caliente del tubo de escape del coche arrancando a toda velocidad.

Pero en vez de eso robó en la consulta de un médico, se llevó algo de droga y varios frascos de pastillas al azar.

Hincharse a pastillas era su idea de desengancharse.

Los agujeros de la pared vomitaban. Los colores estallaban y se consumían. Escalofríos como navajas, una víbora retorciéndose en las tripas.

La televisión siempre estaba puesta: series, concursos, desiertos del oeste y cielos de nubes altas. Coches y caras latiendo, primeros planos de cabezas que giraban como una tragaperras.

Persigues todo lo que brilla, una rubia sustituye a otra, mientras te dices "todos hemos perdido algo" y caes rompiendote como una taza de porcelana, en mil pedazos.

Es como un nada que puedes sentir y va empeorando.

Entonces odiar es fácil, se apodera de ti.

Puedes ser un tipo sólo, que se metio en un lío que no era culpa suya, y está pensando en esa chica y en que no sabe nada de ella desde hace tiempo. Todos estarán con sus novias o sus mujeres y él solo pensando en ella. Deseándola, sabiendo que la ha perdido, capaz apenas de recordarla. Pensando que la vida se le escapa y lo ha echado todo a perder. Deseando querer cambiarlo todo, pero consciente que no puede... eso es el blues.

En mitad de una larga vida o al final de una corta.

Cómo puedes saber cuánto tiempo hay antes de la muerte.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Te estás empapando de mis secretos



Si hubiera sabido que en algunas ocasiones no hay que ser educado, simplemente llegar y coger lo que uno quiere, tal vez él no se habría salido de la senda. Pero aquello también era una mentira, porque a él le gustaba tal como era, cómo le miraba con aquellos ojos enormes, buscando en él alguna pista sobre si misma. Pero él no merecia que lo miraran. Le gustaba la gente a la que no le importaba nada. A veces uno desea olvidarse de sí mismo. Ella era distinta. Aquella tarde fueron juntos a la fábrica a cambiar un poco de aires. Y una vez allí aprovechó la ocasión. Fue directa a la bragueta. Metió la mano con una indiferencia tan directa que él sintió tristeza por su novia, que no sabía que se puede llegar, meter la mano y agarrarlo, y no es algo zafio ni bajo, no es más que eso, una polla en una mano, algo que algunas mujeres sabían como hacer, La rubia entre ellas.

Él no había decidido destruir su relación, no podía saber que su novia se las arreglaría para llegar y presentarse en la fabrica. Precisamente allí ¿Cómo podía saber una cosa así? No podía prever que iba a aparecer ella.

Cualquier amenaza suya recordaba a un perro asustado.

Ella se sintió como si hubiera visto todas las peliculas del mundo seis o siete veces en una tarde y acabara de salir a la luz del día, impresionada por que el mundo y el sol seguían existiendo.

¿Cómo es que nunca sonries?_ Se dijo.

Supongo que he olvidado como se hace.

Las canciones se tomarón la revancha: él las abandonaba una y otra vez pero siempre regresaba, siempre volvía con ellas.

Si deseas lo bastante a una mujer, ella te desea. Está escrito en el cielo.

No tiene porque ser siempre. Solo ahora.

Y ahora, ¿sabes cuánto te deseo?

lunes, 14 de septiembre de 2015

Sonreías como si nunca te hubiera ido mal



Es la caída, en vez de las volteretas perfectas lo que expresa la verdad.

Podía ocurrir cualquier cosa, incluso cuando llegabas con media hora de adelanto y decidías matar el rato en el bar de la estación, podías perder el tren. Como hoy habías perdido el tren anterior... de hecho habías perdido tres trenes.

Fragmentos de melodias te venian a la cabeza y luego desaparecían como luces amarillas en las ventanas.

Cargabas tu soledad a cuesta como el estuche de un instrumento.

Después de los bolos. Después de hablar con los fans y quizá algún amigo que estaba de paso, después de entrar en un bar y quedarte el último, después de llegar dando tumbos a tu habitación, después de buscar las llaves y oirlas arañar cerraduras silenciosas, después de todo eso, por tarde que fuera, siempre llegaba el momento en que te apetecía continuar hablando, escuchar el tintineo de una copa, pegabas algunos tragos y te sentabas en calzoncillos a tocar lo más flojo posible.

Donde quiera que mirases era otoño o invierno.

Quizá el mar, el océano, atraiga a los exiliados.

Tocabas baladas tan lentas que se oía el peso del tiempo cayéndoles encima.

Sentado al borde de la cama tocando flojito.

No fue hasta que nos hicimos amantes cuando me di cuenta lo que hacía especial tu forma de tocar.

Al principio cuando tocabas así, después de hacer el amor, perdida al borde del sueño, había creído que tocabas para mi. Luego comprendí que tú nunca tocabas para nadie más que para tí mismo.

Cada vez que tocabas una nota se despedía de mí.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Como rezar para obtener resultados



No podías aguantar un día sin películas del oeste, pero mientras estabas viéndolas te morías de ganas que acabara aquella pantomima amañada. Cuando acabó la película llovía, en la alcantarilla mojado había un periódico con tu cara desintegrándose en el agua.

Querías de una forma más especial a las personas que no te habías tirado. Nunca te prometían nada, pero cada instante era una promesa apunto de pronunciarse.

Sininatra y Lady Day, tu vida una canción apunto de acabarse.

Tras dos días de borrachera aparecías tirado en la acera.

Te lo habías buscado tú mismo, por haber dejado que te llavaran a aquel lugar donde habías estado tantas veces.

Ahora cuando tocabas los enterados decían que te arrastrabas detrás de ti mismo, que eras una triste imitación de otros que tocaban como tú y ahora te expulsaban de tu propia vida porque no sonabas como tú mismo.

No te emborrachabas, te desquiciabas.

Las melodías se desintegraban a la mitad, cada cinco notas, un fallo, mientras tocabas fragmentos y piezas de cualquier canción que se te pasara por la cabeza hasta que la olvidabas y jugueteabas con cualquier otra cosa. Matorrales de notas equivocadas.

Te tumbaste en el colchón que formaba la hierba mirando las luces de los edificios, irías al principio de todo, antes de que existiera el viento.

Cuando la música era el latido del corazón.

Al salir del psiquiátrico, te fijaste en el crujido de la gravilla bajo tus pies.

Un fotógrafo te inmortalizó de pie junto a tu representante.

Entonces ya ni tenía sentido tocar.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Guarda tu libertad para los días de lluvia

No era más que un monolito de duda.
Uno puede pensar, y pensar en un interrogante. Cual es la finalidad de la espera, cuando se supone que tiene que llegar una persona y esa persona no aparece y nada ni nadie que te responda.
Estoy sola al final del camino y tengo demasiado frio para moverme.
Y la respuesta no llega.
Tengo que encontrar un punto arbitrario dentro del hechizo de la espera, de la ausencia enorme, y largarme de allí.
Marcharme sin respuestas. Pasar a la pregunta siguiente.
Las cosas estaban cambiando ya no era la novia, sino una chica con la que se acostó alguna vez.
Estás convirtiendo tus hábitos en una forma de muerte lenta.
Tras la fiesta de la inauguración hubo otra fiesta en la azotea de un edificio que había al doblar la esquina de la galeria. Tocó su grupo. Eso era lo que él quería, una actuación de su grupo. Una forma más de conseguir bolos, de aprovechar la estela de su popularidad.
Hizo una versión de un tema de Donovan << Young Girl Blues>>. Cantó como si lo sintiera. Me coloqué en silencio en su linea de visión, mantuve mi mirada y la esquivó avergonzado.
"It's Saturday night.
It feels like a Sunday in some ways.
If you hand any sense,
you'd maybe go away for a few days".
Desde aquel momento empecé a ir a la deriva. A la deriva de verdad. Me sentíra ligera, rara, intocable, inalcanzable para la gente, para las cosas. Era mejor que me fuera. O eso creí, me iría y me emborracharía, abrirme camino hacia adentro, hacia adentro.
Yo no estaba preparada para aquello, había olvidado que él era libre para avanzar.
No se puede odiar a alguien que ve el mundo de una manera tan distinta.
Nunca me había topado con nadie que estuviera tan solo. Solo de verdad, sin audiencia que contemplara eso que hacía, eso tan parecido a la vida, y sin amigos de verdad, pues todas las personas que conocía no eran más que meros espectadores de su espectáculo.

domingo, 6 de septiembre de 2015

¿Cómo saber que quieres vivir?



En cuanto acababa el turno lo único que quería era emborracharme y seguir tirando como fuera.

Bajamos caminando por el West y vi el edificio por el costado con el agua golpeando sus pilotes.

Advertí algo en las olas, algo que subía y bajaba. Era una persona que estaba en el agua, un hombre.

¿Aquí nada la gente? Pregunté.

-No me parece que esté nadando- dijo Alex.

Levanté los brazos y los agité para llamar la atención del hombre.

-No sabe nadar- dijo.

El hombre apenas podía mantener la cabeza por encima de la superficie del agua. Sólo se le veía la cara, y con el oleaje, el agua le cubría una y otra vez.

-Se va a ahogar.

Alex se quitó la chaqueta, había que salvar a aquel tipo.

-Llama al 112- dijo.

Marqué el número, la operadora me dijo que no podía enviarme a nadie si no le daba la dirección. Estoy junto al Dique del Oeste, entre el Paseo Marítimo y la Vía de cintura. Un hombre se está ahogando. Necesitaba el nombre de la calle. Yo repetí una y otra vez lo que había dicho antes. Debió llamar a alguien porque empecé a oír sirenas, cada vez más cerca.

Llegaron los bomberos, se oia su radio, el roce de sus chaquetas y botas. El camión repiqueteando en punto muerto.

-¿Hay un tipo en el agua?- me preguntó uno de ellos, con deje nasal y plano, sin dejar de mirarme la entrepierna y el cuello.

Alex había encontrado un trozo de cable, había hecho un lazo con él y había logrado enganchar al hombre por la cintura, pero no podía sacarle.

El hombre llevaba un montón de capas de ropa y pesaba.

Cuando llegamos los bomberos y yo, Alex estaba tirando del cable, intentando mantener el hombre a flote. Los bomberos fueron tomando posiciones para hacerse cargo de la situación.

El hombre nos miró, y vi en su rostro una expresión de confusión y tristeza, entendí entonces que le habíamos interrumpido: había intentado ahogarse. Ahora nos miraba vivo sin remedio, envuelto en las ropas empapadas.

Parece que uno necesita vivir la experiencia de la muerte para saber que quiere vivir. O que no quiere vivir.

La mirada del hombre decía que él no quería vivir, pero había tenido que llegar a aquel extremo para darse cuenta.

Los bomberos habían lanzado una soga adecuada para sacarle, y lo estaban haciendo, poco a poco.

El hombre goteaba como esos coches que rescatan en el extremo del muelle en las películas de policías de la tele.

Drip-drip-drip.

Cogí la chaqueta de Alex.

-Vámonos- dijo él.

Los acontecimientos de aquel primer día que salí con Alex, la extraña y distante intimidad, el hombre que casi se ahoga...

Todo ello eran dos lineas cruzadas que forman una X, y esa X nos mantenía unidos.

Alex me acompañó a casa, me besó en la cabeza y dijo que se iba a quedar allí, en la calle, en la puerta, hasta que fuera hora de verme de nuevo.

Subí a casa y me di un baño, miré la luz a través de la ventana.

Somnolienta y con la piel enrojecida por el baño caliente, miré por la ventana.

Alex se había marchado. Yo no esperaba que se quedara allí de pie toda la noche y, sin embargo, una parte de mi era capaz de animarse con fantasias absurdas y sentir la decepción al comprobar que él se había ido a casa.

sábado, 5 de septiembre de 2015

LICORES, BAILE Y SEÑORITAS DESNUDAS






Raso en tono melocotón desvaído o amarillo limón intenso.

Cuando era adolescente, al oir las palabras << Mustang Ranch >> me imaginaba un lugar espacioso con espejos dorados y camas redondas con almohadas de terciopelo rojo.

Pero Mustang Ranch era un edificio hecho polvo, con mujeres sombrías.

Incluso cuando entendí lo que significaba Mustang Ranch, imaginaba habitaciones lujosas con barras de bar y una canción de Wanda Jackson sonando: Tears at the Grand Old Opry. Pero en esos sitios lo que se escucha son Los Cuarenta Principales, o el ruido del generador, un motel barato con mesas y sillas de plástico.

Una mujer joven es un conducto, lo único que tiene que hacer es existir.

Cerraba los ojos para cerrar, al mismo tiempo, el hueco físico que separa sus cuerpos. La noche ardía y se sumergió en la noche.

No había palmeras en la calle, pero oí música que salía de una bar ;

What diferente dos it make, wat I choose? Either way I lose era Nina Simone. Entré

Al fondo del bar, un hombre y una mujer eran los únicos clientes.

_Ven aquí, cariño_ me dijo la mujer.

_Siéntate con nosotros, que aquí el gilipollas te invita a un trago.

Bueno, mi padre era… un chulo putas _dijo ella.

_Y mi madre era puta. Así que encajaban perfectamente.

_Descanse en paz_ dijo él_. Era todo un caballero. Yo quería pedirle tu mano y casarme contigo. Tú tenías dieciséis años, maldita sea… y yo bebía los vientos por ti_. Pero no hubo manera, y mira que yo no me casaba para meterme en tus bragas, no: total, eso se lo dejabas hacer a todos, menos a mi. Se lo dejaste hacer a aquel cabrón con el que te casaste después.

Tres o cuatro copas después, _Yo haré de ti un ama de cría: dijo él, abrazándola y agarrándole un pecho. Ella se zafó y siguió hablando de su ex, de la revolución que fomentó y que nunca había llegado a producirse, les había obligado a llevar aquella vida tan dura, de forajidos, por las montañas del norte de México. Después de aquello lo abandonó y se marchó a Hollywood, que fue donde de verdad empezó la pesadilla: la prostitución y su adicción.

_Eso es lo que se saca _dijo él_ cuando te casas con un cabrón.

Oí el motor de una motocicleta que subía a la acera, delante del bar.

Se bajo de ella un hombre vestido con unos vaqueros y una camiseta raída con la leyenda << Marsden Hartley>> Me di cuenta, cuando él se sentó, de que había escrito la leyenda de la camiseta con rotulador.

Yo tambien conduzco motos _dije yo_. Bueno, conducía, porque vendí la mía.

_¿Cuál era?

_¿El que?_pregunté.

_La moto que tenías.

_Ah. Una Valera.

La vendí para venir aquí.

_X por Y.

Había dejado su mano apoyada en mi cintura, sentía su calor.

Y con aquel calor, algo más. Algo sincero, que él emitía, un mensaje cuyo tono era muy distinto del que empleaba al hablar.

_Eh_ dijo. Ven aquí.

Pero yo ya estaba a su lado.

Cuando me desperté, a última hora de la mañana, él ya se había ido. El sol en lo alto, el calor apretando. La cabeza me pesaba. Estaba cansada, desorientada con resaca.

Me senté en la escalera de incendios.

Yo había dicho algo embarazoso, estaba haciendo eso que hacen los que se enamoran perdidamente, otra vez había llamado a un número que no tenía linea.

Había sido solo una noche de copas y casualidades. Lo supe en el momento que lo conocí. Quieres algo y sabes, en tu interior, que no lo vas a conseguir.

Imágenes que se degradan demasiado deprisa, de la Gran Cabalgada de la noche anterior.

De ahora en adelante solo temblarán las hojas.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Niño muerto



Sentada en el borde de la cama, tanteo a oscuras sobre la mesilla, cojo un cigarrillo, lo enciendo y fumo lentamente, mientras lío un porro.

Un café solo, fuerte, largo y un par de ibuprofenos me darán las fuerzas que necesito para salir a la calle.

Da igual la ciudad, la rutina es siempre la misma.

Hoy vi esa fotografía , la del niño muerto, alguien la compartió en Twitter y se me fué la cabeza, todo se volvió negro.

Tengo miedo, se parece tanto a él.

La edad, el tamaño de su cuerpecito, su ropita... pero no, no es el mío, es otro niño muerto.

Tengo miedo de que vuelva todo otra vez, la espiral de dolor, insoportable, golpeándome las sienes, ahogándome en la garganta, en los huesos, en las entrañas... otra vez no, no voy a poder aguantar.

En un artículo de hoy en El País, Manuel Jabois explicaba que nada indicaba violencia, el niño muerto parecía dormido, no había cascotes caídos alrededor, ni balas o bombas, solo una playa de aguas tranquilas en el mediterráneo, y sin embargo todo está tan claro.

Miro las fotografías que aparecen en internet, ya no recuerdo su olor y tengo una punzada en el pecho, en el corazón.

Llamo por teléfono a Alvaro, aún no han empezado las clases y está en Gijón con su padre, no me contesta.

Me conoce y a estás alturas sabe porqué le llamo, insisto y él también insiste y no me contesta, su padre sí contesta, me dice que está jugando al fútbol con su pandilla de amigos.

No lo ha tenido fácil con una madre como yo, supongo que debe ser "complicado" como el estado de muchos en Facebook.

En casa no hay fotografías, nada que me recuerde que alguna vez existió, tampoco de Alvaro, no quería hacer diferencias entre ellos, nada que lo recuerde... y Alvaro lo aprendió todo muy pronto.

Se secarón mis pechos, fue de golpe, no pude seguir dándole de mamar.Todos decían que era mejor así, que no era bueno que siguiera dandole el pecho, todos decían que no era bueno con lo que había sucedido y Alvaro con un mes de vida supo que no lo iba a tener fácil.

Recuerdo estar acostada y Alvaro junto a mi con su manita tirando de mi brazo para que me levantara, tiraba de mi, siempre ha tirado de mi. Tiraba mis pastillas a la basura, las escondía.

Sentada frente al psiquiatra decía "puedes hablar de lo que te apetezca y también de como te sientes" y yo guardaba silencio, él continuaba " tienes que tratar de llevar una vida normal, lo has de intentar, vivimos en una sociedad con normas de convivencia..." y silencio... "toma, te doy las pastillas son la dosis de un mes, no pueden durarte solo una semana".

Da igual la ciudad, la rutina siempre es la misma.

_No voy a poder con esta campaña publicitaria que me han encargado_ le digo a mi amiga Lucia.

_No puedo llevar una publicidad de helados después de ver esa fotografía.

_Es solo otro niño muerto_ me dice.

Me pregunto si ese niño probó alguna vez un helado, ya no lo hará.

Helados de fresa y nata, chocolate y vainilla..."Los helados de toda la vida".

_¿Por qué te preocupa la fotografía?_me dice Lucia, _ hay niños muertos todos los días en Africa, Asia...

_Se parece al mío._

_Todos los niños muertos se parecen, es solo otro niño muerto._ me dice_ Además tus helados no son para niños._¿ cuántos ceros lleva la campaña publicitaría?

_No, no son para niños._

Es de noche y no puedo dormir, las dos, las tres, las cuatro...

Alvaro me ha llamado, ha dicho que sabía que iba a llamar en cuanto vió la foto, está en todas partes, en la prensa y en las redes sociales.

_No, no es Carlitos, no se parece nada a Carlitos._dice intentando mostrar calma y tranquilidad _mama, tú estás bien, yo estoy bien, los dos estamos bien._

No lo he confundido, le digo, sabía que no era él, pero me lo recordaba tanto.

Todo te recuerda a él, me llamaste Carlitos hasta los 6 años._

Solo alguna vez_ contesto avergonzada.

Sentada en el borde de la cama. Busco a tientas el tabaco en la mesilla, enciendo un cigarro a oscuras y fumo lentamente, son las 6 a.m. aún no ha amanecido.

Ayer me felicitaron por la campaña de helados, ya han colocado la publicidad en las vallas y los helados están por toda la ciudad.

Un café solo, fuerte, largo y un par de ibuprofenos, me darán las fuerzas que necesito para salir a la calle.

"Tienes que tratar de llevar una vida normal, lo has de intentar, vivimos en una sociedad con normas de convivencia..."

Da igual la ciudad, la rutina es siempre la misma.

domingo, 30 de agosto de 2015

La vida está de broma



Esa palabra estaba escrita en un arco de neón, a la entrada de la ciudad.

Hice una película de eso, planté un trípode y filmé los coches que llegaban y se paraban en el semáforo, bajo el arco.

"La España espiritual"

No había ido hasta allí para no enamorarme.

Aquella noche vi desde la ventana cómo el vecindarío se hacía añicos.

Parecía un milagro que no se prendieran fuego las cosas que no tenían que incendiarse.

La vida está de broma conmigo.

El hielo de mi copa tintineando, mi vaso cargado en la mano.

Por las noches no podía dormir.

Me despertaba en mitad de la noche, como si alguien hubiera subido el volumen, y allí estaba, en la oscuridad, escuchando el riff, esperando que entrara la guitarra, encerrada en su ritmo explosivo.

Aquel pedazo de canción taladrándome el cerebro.

Las prisiones tienen que estar escondidas no sólo geográficamente, también en el tiempo.

Yo ya había saldado mi deuda con la sociedad.

¿Cómo puedes luchar si no sabes con quién te las estás viendo?

Después bailamos. Le rodeé el cuello con los brazos. La camiseta se le pegaba al pecho con el calor del bar.

No le había besado, pero sabía que lo haría, y él sabía que lo sabía, ese dejarnos llevar hacía lo inevitable.

_Eres muy guapa_ dijo, apartándome el pelo de la cara.

_Tendrían que poner una foto de tu cara en las cajas de galletas.

Yo sonreí.

Y, cuando lo dijo, mi corazón se sobresaltó un poco.




" There is something on your mind, honey.

By the way you look at me ".

sábado, 29 de agosto de 2015

¿A dónde han ido los susurros?



No es un secreto ni una revelación.

Hay que empezar a apoderarse de las calles. De las esquinas. Del cielo. Del sol, y lo que es más importante, de la sombra.

Yo era una consecuencia del desaliento.

La gente no comprende mi nostalgia. Saber que viene después de cada esquina.

En la nueva ciudad había nuevos derroteros. Derrotero viene de derrota, ya lo sé.

Leí en sus ojos toda la dimensión de mi derrota, de mi derrotero.

En el verano las únicas que tiritan son las estrellas.

Si ries con ganas, parece como si hubiera razones para el optimismo, como si todo tuviera un sentido.

Una mirada sin fin.

Me hice a las penas, bebí mis años.

Las manos pueden andar solas, sin palabras, las manos pueden ser elocuentes, los monosílabos también.

Cerrar los ojos, cómo quisiera cerrar los ojos y empezar de nuevo.

Cerrar los ojos para tocar el fondo de las cosas.

La soledad me ha dejado inmóvil.

Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.

La ilusión es algo que siempre me ha costado administrar.

jueves, 13 de agosto de 2015

Tú eres amiga de tu enemigo



Para las horas de trabajo preparaba un playlist que terminaba siempre con ¡Gimme! ¡Gimme! ¡Gimme! de Abba. Al final de la noche se retaba a conseguir un cliente, darle el servicio completo y cobrar antes de que la versión en vivo de la canción terminara, cuando lo lograba se premiaba con un plato de raviolis cuatro quesos en El Cappuccino, una trattoria a unas cuantas cuadras del Parque.

Allí ordenaba la comanda en el pobre italiano que aprendía online durante las horas muertas e imaginaba conversaciones con los tipos que comian en El Cappuccino, italianos con zapatos que excedian las tres cifras y hablaban de fútbol.

En su mente, uno de ellos, amigo de su padre la reconocia por su parecido. Pura paja mental.

Su padre había permanecido junto a su madre lo que había tardado en echarle el polvo que la preño. Jennifer, su madre, una trigueña de pelo bueno que había llegado a Milano con un contrato de modelo, se había enganchado a la heroína y terminó dando el culo en el metro de Roma.

Ponía el nombre de su progenitor en un buscador de imágenes tras alguna con algún parecido al mentón ancho y las tupidas cejas que había heredado. Ante el hallazgo de este tipo de foto se le aceleraba el corazón, pero luego imaginaba el breve email con la pregunta que le permitian sus circunstancias:

<< Hola, ¿te cogiste una prostituta dominicana en el 94? >>.

Es como si fueses hija de las trampas y la falsedad.

Tú eres amiga de tu enemigo.

Una de esas noches se vació completa una botella de Brugal Añejo y estuvo dando tumbos, sin saber como, terminó en un bosquecillo de buganvillas.

Espinas de medio palmo le herían la cara y los brazos, la luna llena se colaba entre las sombras histéricas de la enredadera. Al no encontrar salida termino por tirarse al suelo, lloriqueando hasta quedarse dormida.

martes, 11 de agosto de 2015

Como si no existiera el tiempo



Le gustaba no estar a más de tres metros de una salida. Por si acaso, le dijo una vez a una chica.

_¿Por si acaso qué?

_Por si vienen a por mí.

_¿Quiénes?

_Siempre hay alguien_ respondió mirándola a los ojos, y creyó que aquellos ojos le devolvían la mirada llena de comprensión.

Por fin_ ¡por fin, joder!_alguien lo entendía.

Ella le acarició la mano.

_Siempre hay alguien, ¿verdad?

_Sí_dijo él_sí.

Ella lo dejó tres horas después, con un mensaje en el contestador.

En el mensaje empezaba siendo amable, le decía que era ella y no él, y que la gente simplemente se distanciaba y que esperaba que algún día fueran amigos, pero que si intentaba alguna de sus malditas locuras con ella, si se lo planteaba si quiera, sus cuatro hermanos irián a por él y le darían una paliza de la hostia.

Pide ayuda, en serio. Pero dejame en paz.

La dejó en paz. Ella se casó justo seis meses después, tenía tres hijos.

Y él seguía mirando la salida trasera de la misma pizzería, solo.

Se despertaría un día y todo habría desaparecido, como los periódicos.

En sus días más oscuros, cuando casí había perdido la fe, cuando bailaba solo con la desesperación y de noche luchaba con ella entre las sábanas.

Cariño_ le diría_cada uno de nosotros es el verdadero yo del otro. Por eso no podemos dejarnos.

Nos miramos y no juzgamos. No condenamos. Solo aceptamos.

Había sonado mejor cuando se le ocurrió la otra noche en el bar, sentado solo, haciendo garabatos.

Pero sabía que si la miraba a los ojos, si bebía de ellos , la convencería.

domingo, 26 de julio de 2015

Todos nuestros secretos deberían haber muerto



El día que todo iba a cambiar ya empezó mal. Me quedé dormida, me quemé la lengua con el café, estampé mi coche contra un bordillo y llegué una hora tarde al trabajo.

Todo el barrio se ha ido de vacaciones, y aquí estoy, en la ventana, mirando la luna menguar, igual que yo, otra vez más. Sólo una familia se ha quedado a resolver a gritos sus diferencias. Recuerdo que yo nunca discutí y eso hace que me sienta igual, pero distinta. Tal vez mejor. La luna no, pero las luces del otro lado de la ciudad me observan como luciérnagas y se preguntan qué diablos hace alguien como yo escribiendo estupideces a estas horas, en la ventana.

Y cuando llueva –y lloverá mucho–, yo seré la lluvia y tú serás el suelo.

Sólo las nubes te acompañarán siempre. No serán siempre las mismas nubes, pero tampoco tú serás siempre el mismo.

Te dije: Haz con mi corazón lo que quieras. Querías hamburguesas.

He intentado no dejar nada de mis cosas. Cuando salga por la mañana dejaré las llaves dentro y cerraré de golpe. Perdóname si encuentras algo que no desearías ver. No importa cuánto camino hayas recorrido, cada día te sentirás un poco más lejos de mi. Al final de tu día verás que no existe el día. El dolor se hará dueño de todo, por primera vez. Iluminará tu trayecto con luces muy rojas. Al final de tu día tu cuerpo será tu cárcel, al final de tu cárcel no te esperará nadie. Es importante que el miedo no mate tu instinto.





No importa cuánto dure la vida, el curriculum ha de ser breve.

jueves, 9 de julio de 2015

No entres suavemente




Era la típica cosa que uno cuenta, colocado y sentimental, al final de una noche como esa.


Fue una de las largas noches que pasamos, fumando Camels sin parar y bebiendo Jameson. Compartíamos la cama, aunque eso significaba cosas distintas en momentos distintos.


Fue extraño ver cómo ocurrió, cómo fue pasando y tener que limitarme a esperar, como cualquier otra de sus admiradoras.


Lo que ha ocurrido sí que importa, aunque solo podamos saberlo cuando es demasiado tarde.


Echo de menos la libertad de desear; la creencia de que mis deseos no me van a decepcionar, siempre que siga fiel a ellos.


Lo que yo sentía no era tan simple como los celos. Él se me volvía borroso.


Yo no podía dar el primer paso, tenía que esperar a que él viniera a mi, cosa que finalmente hacía, en mitad de la noche, me despertaba suavemente y entonces me lo encontraba encima de mí, no entres suave.


Un buen lugar, en un mal momento.


Ya no hay sentimentalismo, ni derroche de pasión, ni verdades con mayúsculas.


Sin estorbarse mutuamente, ese concepto metafísico pesa menos que la sensatez a escala humana del fair play.


Sentía el desamparo que siempre nos invade después de enviar un mensaje del que deseamos desesperadamente una respuesta inmediata, y nunca llega.

Un año más tarde me recordará aquel mensaje que nunca leyó, dirá;

"No puedo comprometerme pero me importa".


Mientras tanto yo andaré circulando por el santuario de la derrota.









jueves, 25 de junio de 2015

¿Acaso importa?



La mujer más sola del mundo en la habitación más iluminada.

Tan pequeña y tan callada y al mismo tiempo me sentía como el corazón frío de la casa, como si aún lo sostuviera.

Me había convencido de que hasta a la gente más retorcida había que darle una oportunidad, porque la gente es como estrellas muertas; lo que nos llega de ellas es distinto, algo que ha desaparecido o cambiado, un segundo después de la luz.

Él era un ex_amante al que quería pero a quien no había prorrogado el ultimátum.

Podía sufrir, pero sufrir no es mi estado civil, y a aquel hombre ya lo tenían escriturado.

Lo habían visto en el parking quien sabe a donde iría, caminaba de lado a lado. Después lo vimos cuando entrabamos en el "Metamorfosis".

Sonreía con patetismo. Sonrisa de Nunca te dejaré de querer pero tengo mi palabra empeñada. Era guapo y un pobre diablo más, apoyado en la barra, utilizaba la historia de su accidente para ligarse a una mujer. No estaba abriendo su corazón estaba repitiendo las partes dramáticas para desabrocharle la blusa. Sacó una tarjeta de presentación en la que ostentaba un título que nunca había obtenido y dijo Por si alguna vez te sirvo de utilidad.

No sabemos cuanto nos odiamos hasta que tenemos que aguantarnos unos a otros en un mismo cuarto.

Los hombres pueden cogerse a una silla aunque sea de tres patas, pero las mujeres que se cogen a un cabrón no es porque quieran cogerse a lo que sea, sino porque una sabe que eso es como empieza, hay más.

Lloraría si tuviera la menor puta idea de cómo hacerlo

Dejé caer la mirada en el coche inmensamente derrotada.

No sobresalía en nada solo en salvar a la gente de sus promesas.

Seguimos solos no hay a quien pedirle direcciones equivocadas.

Era algo duro pero sin forma ese silencio, ¿Cómo describir lo que no está ahí?

¿Qué nombre se le da a lo que no existe y que precisamente por eso existe?

Capos de capos, los que habían inventado el cero, le habían dado nombre a aquello y hasta lo habían metido en una fila de números, pero cada tanto tiempo el cero se levantaba y se lo tragaba todo.

Vamonos ya, que cada quien se lave las entrañas como pueda.









lunes, 22 de junio de 2015

Nunca vimos el mañana



Él era medio bravucón, alzaba demasiado la voz y se pasaba el día limpiando su coche al que llamaba Bronco.

Ella era hermosa y cabrona, acostumbrada a atravesar una habitación con paso firme. Nunca había tenido que preocuparse por escoger, eso a él le daba un poco de lástima, como le dan lástima los que no saben lo que sienten al besar a alguien por primera vez, a alguien a quien parecía imposible besar.

Vivían en la misma planta, cuando coincidian en el ascensor subían los tres pisos en silencio.

La gente que está sola se vuelve loca. Le soltó él de improviso.

Tú y yo casi no nos conocemos.

Eso es lo mejor, dijo.

Imagínate cómo sería el mundo si todos nos acariciáramos en vez de estar matándonos.

Lo creía, de verdad lo creía.

En ese momento debía haberse despedido e irse, pero su voluntad era prestada.

Se asomó a su puerta sin atreverse a traspasar el umbral.

Ella se volvió hacia él y lo beso reconociendo una posesión nueva, lo marcaba más que lo besaba, y el que venía tan acelerado no supo qué hacer, pero su mano izquierda, ya había girado con la cintura de ella, y su mano derecha, que había quedado bajo su vientre, le dieron la voluntad que se le había mareado.

Le metió la mano bajo la blusa. Se quitó todo menos los calzoncillos, se puso de rodillas, y cuando empezaba a hacerle a un lado las bragas escuchó que ella le preguntaba ¿Cómo me llamo?

Él alzó la cabeza barajando vertiginosamente media docena de respuestas idiotas.

Tú tampoco sabes como me llamo yo.

No es lo mismo.

Tuvo el buen tino de no dejar de mover los dedos mientras duraba el diálogo y para cuando acabó ella ya había dejado de preocuparse por los nombres.

En cuanto sintió que ya no tenía que pedir permiso le quitó el tanga y se desnudó por completo y la atrajo por las caderas, pero ella dijo ¿Y el condón?

El hijo puta condón. Él mismo se había hecho la pregunta.

Se puso los pantalones y dijo, no te muevas.

Salió descalzo al pasillo, entró en su casa repitiendo el mantra;

Por favor, por favor, por favor.

Ése yo, que nunca sabe donde dejo nada.

Permite que haya salvado uno.

Al menos uno.

Lubricado o arrugado,

De color o sabor,

Extragrande o ajustado,

Santo Dios dame un condón.

Pero el sabía que no había.Ya había utilizado esa oración meses atrás, y había encontrado uno debajo de la cama, refulgente cual héroe patrio. El último. Ya no era tiempo de héroes ni milagros.

Corrio a la farmacia.

CERRADO

Se quedó un momento al extremo del pasillo, pensando rogarle o postrarse.

Tocó a la puerta y escuchó su cuerpo estilizando los pasos. Estuvieron respirando en silencio y luego abrió lentamente la puerta, en cuanto lo hizo empezó a besarla, ella se dejaba, luego metió la mano bajo el pantalón y le tocó los huevos como si los sopesara.

Los condones, dijo.

Se hecho a un lado y dijo SA_CA_EL_CON_DÓN.

No los compraste, abrió la puerta y dijo Tengo cosas que hacer.

Le rogó un segundo con los ojos y salió derrotado, dejó que el portazo a su espalda lo empujara a su propia casa.

Quizás lo mejor sea tener amistades breves, si uno se retira pronto, ellos se quedan con los vicios.















domingo, 21 de junio de 2015

Sueños vulgares



Lo despertó una sed lépera, se levantó y fue a servirse agua, pero el grifo escurría un hilo de aire mojado. Miró con rencor el tercio de mescal sobre la mesa y sospechó que ese iba a ser un día horrible. Mucho más horrible que el infierno que se había procurado a tragos.
Vivía en una casita de dos pisos para gente a medio desgracia.
Trayectos vulgares, conversaciones vulgares, los miedos de siempre.
Lo que más asusta es no saber a que tenerle miedo.
Había visto a la casi Rubia, salir con su novio y volver sola.
Lo trastornaba tenerla tan cerca, durmiendo, despertando y bañándose a pared y baldosas de distancia; que apretara su carne en tallas minúsculas, que la linea de las bragas le sonrieran al alejarse.
Ella ni lo miraba, el novio sí lo saludaba, como quien da una propina al llegar a un bar.
Buenos días, dijo él.
Tardes ya, respondió la casi Rubia.
Mi teléfono se quedó sin crédito, dijo.
Te paso él mío, dijo él de inmediato.
La casi Rubia se hizo a un lado y aunque la transacción podían hacerla en el pasillo señaló su casa con un movimiento de cabeza.
Ella le dio la espalda para hablar por teléfono, el pantalón se le metía por todas partes. Él la miraba como detrás de un escaparate.
Ella decía por teléfono;
Entonces ¿Por qué no vienes? Si, ya sé, ya sé, sí, bueno, yo también te amo, beso.
Se dio media vuelta y dijo. No va a venir.
Entonces se fue la luz. Ella dijo, Uy y luego se quedó en silencio un silencio sensual.
Solo quedarte ahí sabiendo que la tienes a tiro de beso, aunque nadie lo sepa ni puedas comprobarlo, es un acto de fe.
Como un milagro ella dijo, ¿quieres un trago?
Ay, sí tengo mezcal.
Bueno hay que probar de todo.
Con el tiempo había descubierto que lo suyo era verbo y polla, verbo y polla... No le molestaba ser desechable.
Y aún antes de decir lo siguiente ya sentía que volvía el canalla;
El canalla alias el romántico.
¿Has visto toda la gente que se hace daño sin saber a quien le pega un tiro?
Le sirvió otro mezcal, brindaron mirándose a los ojos como sí ya se hubieran hecho daño.
Esta podía ser la última mujer de su vida, se dijo.











jueves, 18 de junio de 2015

La gente no es como yo



Tampoco quería ir a aquella discoteca, nunca me han gustado. No escucharas a Paul Weller en una de ellas. Poco más puedo decir al respecto.

Pero fui a acompañar a una amiga que lo estaba pasando mal. A los diez minutos la había perdido de vista, eso significaba que estaba en el baño. Yo no necesitaba ir al baño. Así que allí estaba yo, sola, apoyada en la barra, intentando que alguien me sirviera una copa, ensimismada, mirando a la nada. Y la nada resultó ser ese chico. Supongo que pensó lo que se piensa cuando álguien te mira fijamente, eso es algo que no me gusta de las discotecas su obviedad. El chico se acercó y empezó la conversación, me preguntó dos o tres cosas acerca de mí, traté de ser divertida y mimetizarme con el ambiente. Fuimos a mi casa, nos besamos en el taxi, en la escalera, en la entrada, en la cocina, en el dormitorio mientras me aplastaba contra el armario. Pero antes de que me desnudara me acordé de mi amiga y recordé porque había ido a aquella discoteca. Porque se había empeñado en salir a ligar a follar con alguien, con cualquiera que le hiciese caso. Recordé que llevaba tres meses emborrachándose, tres meses de llamadas telefónicas a las 3 de la mañana. Tres meses de justificaciones, odio, dolor y estupidez desenfrenada. No es que no me preocupara mi amiga. No quería que acabase como yo, no quería que llegase a ese punto en el que te olvidas de tu amiga y te vas con el primero que te hace caso, cuando en realidad lo que te preocupa es ella. Pero ella no eres tú, así que está ese momento en que solo quieres desaparecer.

Saco al chico de mi casa y paro un taxi. Él chico me llama de todo, calienta pollas, puta ha sonado por toda la calle y el taxista que me lleva de nuevo a la discoteca no ha parado de sonreír en todo el trayecto. No me costó dar con mi amiga, estaba sentada en un bordillo de la acera, a su lado un vaso de plástico lleno de vodka con naranja. La gente no es como yo...repite. Y luego vemos amanecer, la llevo a casa, la meto en la cama y la arropo, luego me quedo sentada en la habitación mientras duerme, preguntándome que coño le pasa a la gente; cuanto tiempo durara nuestra amistad; como le gustara a mi amiga el café por las mañanas.















domingo, 14 de junio de 2015

Todo era una ilusión



La forma que tenía de decir las cosas, de jugar a ser duro, de hartarse de la gente de aborrecerla. Esa manera de hacer las cosas con magia, las cosas que todo el mundo hace, pero llenando el espacio con cada gesto. Todo pura ilusión.

Su voz era una ilusión, y sus ojos y su pelo alborotado. Pura ilusión. La creé yo esa ilusión.

Viendo magia en los gestos, llenando el espacio con ellos, con sus palabras, con sus desaires, con su forma de sentarse, de caminar.

Cuando caminaba abría zanjas. Cuando hablaba abría zanjas y siempre miraba al frente y sonreía cerrando los ojos. Creo que eso fue lo que me perdió.

Y yo daba gracias a la naturaleza por dejarme estar allí, ocupando aquel espacio, con mi presencia.

Cuánto espacio hay ahora entre nosotros, quién es capaz de ver magia en tú forma de tomar café o en la frialdad de tus miradas, quién es capaz de ver magia a la forma pausada con la que me hablabas, borde, seco, cortante.

A mi manera, también yo he abierto una zanja.

Ya no hay andamios para mi.

Y si esperas algo más, es que te has equivocado de canción.







Los dos lo hemos hecho



En realidad yo siempre quise ser una tía normal.

Tardé algo más de un año en besar a E.

Durante todo ese tiempo me mantuve en mis trece. Finalmente nos acostamos, y recuerdo haber salido aturdida de su casa y necesitar una copa urgente. En el bar me encontre con un amigo.

_Ha sido lo mejor que me a pasado jamás.

_Estoy viva de milagro.

Después de eso seguimos acostándonos regularmente. Hablando en la cama, fumando porros y riendonos de cualquier cosa. Me encantaba oírlo gemir. No todos los hombres lo hacen. Lo de gemir, digo. Gemidos de placer por darme placer.

Eso también me perdió.

Follabamos mucho y bien. Disfrutábamos del sexo de forma salvaje, dejando espacio para la ternura. Y sin embargo los dos teníamos miedo. Nos temiamos el uno al otro.

Como si hubiésemos iniciado una guerra, que solo podía acabar en tablas.

El primer cañonazo lo dio él. Se acostó con otra. Eso acabó con la mitad de mi ejército. Yo respondí con otro cañonazo me costé con otro, a quien no pude hacerle el amor.

No hubó muchas bajas en las filas de E. Y sin embargo E. se rindió, abandonó toda batalla y se fue en busca de nuevas guerras. Mas personales. Sin contrincantes.

Yo me quedé allí, en medio del campo de batalla. Sola. Armada hasta los dientes.







sábado, 13 de junio de 2015

Quiero que me enseñes a mentir



Ahora, cada vez que suena el teléfono sé que es alguien que se ha equivocado de número. Y cuelgo sin esperar respuesta.

Finjo seguir adelante y querer hacerlo.

Sé tú mismo. Esa es la parte del negocio que yo he de aceptar. Sé tú mismo lo más lejos de mí que sea posible. Esa es la parte del negocio que tú has de aceptar.

Pensé en ti todo el rato; antes y después de regresar de la farmacia , cargada de ansiolíticos y antidepresivos. La cajera del supermercado me sonrió al ver las dos botellas de vodka, la bolsa de cubitos de hielo, el trinaranjus de dos litros. La cajera sonrió y dijo:

_Hay fiesta en casa hoy, ¿eh?

_Sí_ contesté.

Las mujeres con las que los hombres me han sido infieles han sido mediocres, vulgares. Y eso es lo peor.

A pesar de todo amo a los hombres, al menos se inventan excusas. Y eso significa que tienen algo de clase. La clase que nos falta a las mujeres.

Pero no pasa nada. Todo está tranquilo. La gente duerme en sus camas creyendo amarse. Creyendo en el amor.

El reloj del ayuntamiento acaba de dar las cuatro de la mañana. Ya no hay nadie en la calle. Y yo sigo aquí en estado de alerta, vigilando mi vida.













domingo, 7 de junio de 2015

Que parezca natural



El olor del ron, el aire acondicionado preñado de nicotina y la pintura de labios borrada con saliva forman una atmósfera inconfundible que se introduce directamente en la memoria.

Cierra los ojos un instante cuando los abre puede ver mejor en la penumbra del club; a su izquierda la barra rodeada de hombres aburridos de tanto amor inconcluso derramado sobre su superficie, la música está dos grados más alta de lo que hubiera resultado agradable, su voz pastosa y gastada grita las penas de amor perdido.

Él bebe un trago largo de ron, ella saborea el suyo lentamente.

Sin contar el ron... ¿Todo sigue igual que antes?

Ella sonríe.

Y la besa como la beso hace doce años, mordiéndola, recorriendo todos sus dientes con su lengua, mezclando sus salivas etílicas y sintiendo que en casos así el pantalón es el peor invento sel mundo.

Crees que el mundo es una idea tuya, pero si no le pones fin, toda tu vida terminará por ser una gigantesca alucinación.

Toca apostarlo todo de la manera más irracional, con el entusiasmo del que sabe que va a ganar.

Directo hasta tu vientre como un misil.

Que quede entre nosotros, que parezca natural.

No prometo felicidad.

domingo, 31 de mayo de 2015

Chicas hechas para el amor



A veces el amor es así de simple.

Era uno de esos paréntesis que a veces la vida tiene el buen gusto de ofrecerte y la lucidez de quitarte. De esas personas que saben manejar situaciones.

Y llegó como si la existencia te explotase en plena cara.

Eramos el mundo dividido en dos categorías Indios y Vaqueros.

La representante de la locura saludó con dignidad al representante de la crueldad.

Ya había explotado el coctel clásico.

Lo tienes enfrente y no lo ves, tan sólo el mundo a tus pies.

Le faltaba encontrar la suerte, esa que sirve ciegamente a los héroes y los crápulas.

Tenía demasiado encanto, retorcido, inteligente.

Todo se mueve en zigzag, los grandes son lo que quieren, los pequeños lo que pueden.

La diferencia era sexual, nunca tenía suficiente. Todo él transpiraba deseo de seducir, no es que quiera siempre más, es que siempre hay otra a quien desear, lista, disponible.

Me sentí aliviada, a veces el desprecio es un consuelo.

Mis amores en cambio debían estar hechos a medida.

Se consume como el vapor, y va desapareciendo.

Te veré volver con otro disfraz, simulando un olvido imposible.

Este amor tiene el gusto amargo de una tragedia urbana.

Si las palabras se las lleva el viento las mías están atadas al suelo.

No hay autoridad competente para contener este vendaval.

Con la espátula se trabaja el espesor de la materia, intento calmar el latido de mi corazón.

Quiero ser más de lo permitido, si me desarmas me vuelvo a construir.

Nada puede apagar el fuego dentro de mi, déjame arder.

Te lo tienes que creer, tienes que creer.

viernes, 29 de mayo de 2015

La velada de las ilusiones



Yo había dejado de tener dominio sobre mis actos y allí estaba, sin otra cosa que hacer, salvo someterme, no sabía qué esperar y empezaba a perder terreno.

Una pelea a cara de perro en la que uno y otro tratamos de cobrar ventaja.

Sin dar la nota demasiado pude mirar alrededor, muy pocos habrían sido capaces de explicar la diferencia.

¿Es preciso que lo llamemos amor?

Pensé que podía permitirme un par de copas más, vi que eso no menguaba mi sensación de desdicha.

Me fui a casa y allí sí comencé a beber en serio, por fin me fui a la cama y dormí como una condenada.

El deseo de que te engañen, estás tan colado por el otro y terminas por prestarte a todo tipo de trampas, manipulaciones, no es amor es una rendición incondicional, una renuncia total al sentido común.

No estoy pidiendo compasión.

Expresas el mayor de tus respetos por la persona que estás a punto de hacer pedazos, no tienes sentimientos encontrados, dices que solo tratas de ser objetivo.

Victima de mi debilidad no puedo desenredar la maraña de chaladuras que constituyen una vida entera.

Podemos empezar por casi cualquier parte pero tan solo te quedara la sensación de no haberte comportado como es debido, de haberte escabullido cuando tal vez debieras haber esperado o de haber doblado bruscamente la esquina dejándome en una situación difícil.

El amor y la tos no se pueden disimular.

Penitencia, perdón, paz.

lunes, 25 de mayo de 2015

Un vago recuerdo



No recordaba el nombre de aquel tipo.

No tengo muchos amigos.

No es bueno estar sola de esta manera, así no podré luchar contra el pesimismo.

Él no era una mala persona, sencillamente no tuvo suerte.

Has de intentar echar fuera esta tristeza.

Tenía miedo de no ser capáz de atravesar la frontera en sentido contrario, para volver a encontrarme en el lugar donde la vida continua.

Alrededor mío sólo un decorado inofensivo en cartón piedra.

Pasamos por delante del gran edificio del principio de la calle, a la entrada del callejón levantó la cabeza para mirar el cartel de letras negras; La nada.

No parece un lugar muy alegre._dijo

Cuándo pasábamos por delante tenía miedo de ser arrastrada, o más bien que el callejón me succionara, como si la ley de gravedad estuviese abolida.

Por superstición le pedí que cambiáramos de acera.

Le precedí por la escalera sin hacer ningún comentario, me siguió con pose indiferente.

Se estiró en la cama sin quitarse el abrigo, no sabía que decirle o puede que tuviera miedo a que las palabras sonaran falsas.

Tendrías que hacer como yo,_ me dijo

Y me tumbé a su lado.

Escuché una música cercana, que parecía venír de abajo. Álguien tocaba un instrumento de percusión, producía notas claras y desoladas, como música de fondo.

Crees que viene de la nada_ dijo

Sentí sus labios en mi boca.

Para mi la mala fortuna y los malos recuerdos se resumieron en un sólo rostro.

sábado, 23 de mayo de 2015

Busco contacto humano



A veces se mantiene presente a lo largo de toda tú vida, sin que llegue a desanimarlo nada.

Te conoció en los buenos momentos, pero más adelante te acompañara en los malos, siempre igual, admirándote, el único que todavía creera en ti, el único que continuará profesándote fe ciega.
Un buscavidas como tú, un buen perro fiel.
Aquella cita perdida, la mala suerte en septiembre.
Soy de las que tienen tendencia a dejarse llevar hacia soluciones fáciles pero peligrosas.
Me advertían "lo que se pierde no se vuelve a encontrar".
¿Qué buscas exactamente en la vida? Decía mirándome fijamente, y parecía pedir disculpas por está vaga pregunta.

¿Qué busco en la vida?
Busco contacto humano.
Pero los días se suceden sin que nada distinga unos de otros.
Siento el silencio de una noche de invierno y la piel helada.
Quédate quieto y déjame entrar.
Lo que ahora está unido pronto se deshará y no hay vuelta al principio.
Apaleado y roto, hecho mil pedazos es la única manera de que todo encaje, astillas de madera en el ala rota de un pájaro.
Rodeado de los amigos caídos puedes conservar todo lo que el invierno quiere llevarse, es una suerte que aún estés en pie y no hayas sido pisoteado también, tiemblas bajo el viento pero has cambiado tanto tu esencia que pareces estar hecho de acero.

lunes, 18 de mayo de 2015

Las cosas son como son



Era un hombre impaciente, no tenía termino medio aceleraba o frenaba, entre lo uno y lo otro nada.
Parecía sumamente civilizado y al mismo tiempo absolutamente brutal.
Las cosas son como son.
La gente parece sola y triste, todo depende de lo que imaginas.
Las apariencias cambian dependiendo de su historia.
Ví tanta gente marcharse, y sólo pedían fuego, se conformaban con poco, tenían poca ira dentro.
Oigo sus voces hablando de cosas sin importancia, cosas cómo lo que se lee cada día en los periódicos, cosas cómo las que ves cada tarde en tú casa.
¿Qué nos están haciendo?
Son piedras desgastadas con apariencias rotas.
Mi corazón se acelera cuando te veo.
Las cosas son como son.
De vez en cuando la tierra tiembla.
La desgracia se parece a la desgracia.
Tan profundo, tan profundo, tan profundo...
Tengo ganas de creer, conozco bien ese sentimiento.
Aún creo en él alguna vez.
Pero no puedo creer en lo que oigo.
Porque soy piedra gastada con apariencia rota, como todos.
Soy tan solo lo mismo qué tú.

jueves, 7 de mayo de 2015

Solo hoy



Cruzo un par de parkings hasta la tienda de donuts hay tanta tensión en el Donking donuts como en mi interior. Acaban de celebrar el séptimo aniversario del 11-S y un pequeño cartel pegado en el exterior de la puerta dice; Jamás olvidaremos.

Supongo que es lo que hacemos aquí, nos sentamos a olvidar.

Ya no se te ve el tatuaje en el antebrazo izquierdo lo cubre una capa de vello, se vislumbra una mancha azul verdosa con la difusa forma de un ancla.

Te zampas dos hamburguesas con ayuda de una Budwaiser, yo hago dibujos en el ketchup con una patata. Todavía no he decidido como afrontar esta paranoia, quedarme o huir.

Aquí podría reescribir mi futuro. Lanzar mis recuerdos como hojas al viento. Pensar en otras vidas posibles.
En un sinsentido me pregunto como sería llegar por la noche a casa y tener la cena preparada.
Me llevaste al tipo de sitio para gente que no tiene adónde ir, un motel en el que algún cliente ocasional pagaba la habitación para suicidarse.
Aquí el pasado siempre reaparece.
Un pack de seis cervezas vacías junto al bordillo, como si esperara el autobús.
Aquí las cosas no resisten mucho tiempo. El salitre se mete por todas partes, hace saltar la pintura, oxida, corroe las paredes, estamos aquí porque aparece en el mapa.

Una mujer baja por la calle hablándole a gritos a un hombre de res-pon-sa-bi-li-da-des, recalcando cada sílaba.
La última canción nueva que te gustó salió hace mucho, mucho tiempo, y nunca la ponen en la radio.
Vi pasar el resto de mi vida, día tras día así.
El sol, el atardecer llena el aire de colores chillones, irreales como las nubes de los viejos westerns de la MGM.
Movimientos lentos. Colores cambiantes.

martes, 5 de mayo de 2015

Él está enfadado conmigo otra vez



Él está enfadado conmigo otra vez, es algo muy nuestro. Lo dejaré durmiendo en el sofá y le llamaré dentro de un día o dos. Estará enfadado le diré algo apropiado, le contaré algo divertido y terminara en mi sofá otra vez. Debería sentirme feliz de salirme con la mia. La verdad es que... estoy aburrida y esto está llegando a su fin.

"No siempre puedes conseguir lo que quieres" dice el estribillo de una de mis canciones favoritas.
Dios me ama sobre todo en una noche como esta.
Velas encendidas, vino derramado, la botella vacía, ya está.
Todo tiene un principio y un final. Si fuera honesta diría que lo nuestro ya estaba muerto. En algún momento hubo amor, está en mi naturaleza.

No tenemos nada en común, no me entiende en absoluto, y a veces me pregunto si está más interesado en convertirme en otra cosa en vez de amarme por lo que soy. Seguramente me lo merezco.

Yo no era su tipo; lo sabía desde el principio, él prefiere rubias de portada.
Nunca me vio llegar y ahora no puede creer que me haya ido.

Se que voy a verlo algún día, se que esto es solo un momento pasajero y me pregunto si todavía piensa en nosotros, me pregunto si me dio todo y si guarda alguna pequeña parte de mi, porque yo echo de menos cada parte de él.
Tengo que hacer la única cosa que puedo, tengo que poner distancia, y aguantar estás paredes, porque quiero algo que no está dispuesto a darme.

¿Y ahora qué? decías que no dolería.
Quiero que seas feliz, que seas libre y no tengas que aguantar mis caminos destructivos.

sábado, 25 de abril de 2015

Cómo perdí mi baza con la muerte



Esa noche no había estrellas en el cielo.
El cartel decía ABIERTO DIA Y NOCHE.
Cuando se apagaron las luces, me erguí y senté al borde de mi asiento, al verle creí que se me rasgaba el corazón. Inclinada hacía adelante el silencio se rompió cuando empezaron a aplaudir.
Tenía una espalda perfecta cubierta de tatuajes, entre los omoplatos una sola palabra PENA.
Aquella palabra quedó suspendida en mis labios sentada en la oscuridad de la sala.
Luego me hundí en mi asiento, mientras otros pasaban por encima para salir, no me moví de la butaca, me despertó el silencio.
La vida hasta entonces consistía en tumbarse en la cama de noche, las estrellas formaban dibujos que parecían girar y perseguirme como un remolino de polvo.
Cuando se dispone de silencio y tiempo se empieza a pensar que todo es posible, o que nada lo es.

Él recorría los garitos en busca de chicas, antes de la hora del cierre, solía quedarse fuera fumando y luego se iba al siguiente tugurio.
Nada podía ocultar que ya no ponía corazón en lo que hacía.
No hablaba mucho pero un día lo hizo y me regaló una expresión <<De mal en peor>>.
A veces un sentimiento le acecha a uno como un mal olor y después sabes que está mejor fuera que dentro.

Crees que puedes conocer a la gente a primera vista, pero no, solo estoy de paso, tan solo soy otra mujer con una mala racha.
No perdí un instante, le desnudé y recorrí con los dedos sus dibujos tatuados, sobre los hombros hasta el nacimiento de su columna, y todo se deslizó hasta donde se perdía la espalda y se expanden las caderas.
Y al final : PENA.

Seguí allí con el corazón acelerado.
Te he escuchado como quien escucha una canción y supe que sonaba para mi.
¿Cómo podemos encajar en un universo regido por atracciones y fuerzas perfectas?
Pensé que cualquier cosa que tú amaras o extrañaras me serviría para encontrarte.
Pero solo son sueños, ¿verdad?

miércoles, 22 de abril de 2015

El ultimo deseo



Él sabía que el horizonte no existió hasta que una persona se interpuso entre él y el siguiente horizonte.
Y qué los aviones cuando vuelan parecen que no pesan. 
Mientras yo ando como quien escucha el trueno al mismo tiempo que veo su correspondiente relámpago. 
Me he precipitado en mi vida, ¿qué tenéis todos contra la nostalgia?
Me encantaba oír historias que contaban los viejos, lo hacía siempre que podía, a hurtadillas, como un ladrón.
Decían que había sido un crimen pasional, pero él me dijo que no tuvo nada de pasional.
Qué llevaba toda la vida pensando matar a alguien.
Cuando era niño solía ahogar los cachorros de su perra, alguien tenía que hacerlo, luego se iba a su cuarto y escribía un poema a la chica de sus sueños, era su manera de poner en equilibrio la naturaleza.
Decía; 
_ Siempre he sabido que en esto hay que estar dispuesto a morir, pero no quiero jugármela yendo a por algo sin más.
Un hombre así se juega el alma. 
_vale, seré parte de este mundo, tú mundo.
_ Son cosas que pasan.
_ Ya no puedo cambiarlas.
Tu energía oscura, como lanzar una piedra al aire y que no regrese o la lógica del náufrago y el mensaje en la botella, los cuerpos que crecen indefinidamente.
Si las reglas que sigues te han llevado a esto ¿De qué te han servido?  
Y hoy contra todo pronóstico el mar está en calma.

viernes, 17 de abril de 2015

¿Te sentiste liberado cuando dejaste de estar de moda?

Cuando desapareció del planeta, alguien bondadoso ahí arriba tendría que estar calculando que justo en ese momento la cantidad de bien dispensado por él en esta vida era igual en cifra a la cantidad de mal que también había infligido, y que el sentido de la vida consiste en eso, en arrojar al final un saldo igual a cero... Después suele quedarse dormido con un güisqui en la mano.
Aún hoy, hay noches en las que cuando se echa la verja y todos se han ido, se queda a beber un trago, y pone su canción y sale a la pista con el micro en la mano... el más perverso de todos en la Costa Oeste, excitante como fuego sobre hielo... y bebe durante horas.

No hay más que el objetivo del tiempo presente, la vida es una sucesión de momentos tras momentos. Si entiendes el presente no tendrás nada más que hacer, ni nada que perseguir.
Están recogiendo, las chicas ya se han ido a sus casas. Se pone un trago, sin inmutarse traga de penalti, y le dice;
_ ¿Sabes cuál es la gran y única putada de la vida?
_ Pues que los que se van no vuelven.
Cuando se ha decidido matar a alguien, aunque resulte difícil lograrlo yendo al grano, no se deben dar rodeos, lo mejor es ir directo a por lo que quieres.
El coche tiraba de maravilla, y no paro hasta llegar al letrero que anunciaba la salida de la ciudad.
 En este negocio no hay <más o menos>, matar a un enemigo en el campo de batalla es como cuando un halcón mata a un pájaro.

jueves, 16 de abril de 2015

In Love

La vida es como un anuncio de teletienda al que le han eliminado el producto anunciado.
También está escrito que los vértices y las aristas de los dados han de ser de contorno suave para que su rodar, duradero, tienda al infinito.
Se acuesta pensando que cada noche es una trampa, algo así como un día nublado en el que la lluvia no se decide a caer.
Llegó a la frontera de El Paso, con un coche de segunda mano rojo pálido, en ese momento fue consciente por la película de sudor que descendia por su piel. Sabía que lo que más cuenta en estos casos es la cara, el gesto es lo que te arruina o te salva.
Tan solo una bolsa de deporte y una maleta atada con un cinturón de cuero marrón en el que ponía  <Recuerdo de México>.

Trabajaba todas las noches menos el lunes, que libraba. Su trabajo consistía en, cada vez que salía una chica a bailar anunciarla por megafonía y una vez que ella entraba a la pista adornar sus movimientos con comentarios escuetos que magnifiquen las radiaciones eróticas que ya de por si emite la bailarina.
Se conocieron cuando ella entró a trabajar en el One Way in Love para fregar copas. Dado que estaba buena y era rubia, pronto se decidió que sería una buena candidata para stripper. Una mañana ante él, el dueño y su mujer bailó con el pecho desnudo la  <Simply irresistible>  de Robert Palmer; pasó la prueba con nota.

Esa misma mañana ya se fueron a comer juntos y terminaron en casa de ella entre sábanas estampadas con dibujos de la pantera rosa. Fué allí donde ella le confesó que su mayor ilusión sería ser modelo,
_¿De pasarela?_ preguntó él.
Y ella mirando al techo,
_No hombre, ¿estás loco? Eso no lo ve nadie. De teletienda.

Es bueno ver el mundo como si fuera un sueño. Si tienes una pesadilla, te despiertas y te dices que sólo ha sido un sueño.
Es malo que una cosa tenga dos significados.

miércoles, 15 de abril de 2015

Horizonte de sucesos

En el punto más allá donde no podemos aún conocer lo que ocurre, y en ese momento la nada se materializa en todo.
Lo más plano que existe sobre la tierra son las vías de los trenes. Sí te fijas en el acorazado Potemkin, es el Purple Haze de Jimi Hendrix versioneado y hay personas que se pierden en lugares que a nadie importan, nunca he soportado perder el sentido de la orientación y vuelvo a estar perdida, perdida...
Fuí al médico y me diagnosticó una enfermedad que consistía en << tener el corazón en el sitio equivocado >>.
Nadie sospecha el secreto que guardo.
No hay soledad en el mundo ocupada por un solo objeto.
Quizás todos seamos humanos que convivimos desfasados por viajes cercanos a la velocidad de la luz. Cuando esa luz se detiene mueres.
Y me contestó  << lo más importante es lo que dejas en la gente >>.

sábado, 4 de abril de 2015

Los errores adecuados

Parece ser que el pianista de bebop Thelonius Monk abandonó una vez el escenario de mal humor. Estaba muy descontento con la música que acababa de tocar. Cuando le preguntaron por qué creía eso, respondió que había cometido todos los errores inadecuados.

Thelonious Monk

Llevar a cabo el trabajo más personal de uno mismo en una época de crisis pública es un acto honesto y legítimo, de confianza en la sociedad, al ofrecer aquello que uno tiene que decir demuestra confianza. 
Y más si cabe cuando el país tiene que enfrentarse cara a cara a una obscena perversión de si mismo que no puede ser aceptada ni destruida : sentimientos de rabia, soledad, fatalismo y deseo.

“¿Cuál es la razón por la que se dedican a destrozar canciones de otros?” Ésta -y así- fue la pregunta que un desconocido les hizo a la salida de uno de sus conciertos. Su respuesta fue contundente: “Alguien tenía que hacerlo”.

Es cierto, se dedican a reformular, con una alta dosis de deformidad, obras de otros, pero sus versiones más que trabajos estéticos parecen funcionar como una respuesta. Alguna vez leí que una de sus ambiciones era “devolverle al mundo la basura que produce” y hoy siento que eso es lo que se percibe frente a muchos de sus trabajos.

“En los últimos diez años, la industria musical ha cambiado hasta quedar irreconocible respecto de lo que era.


“Para mí lo que hago es música honesta, la que quiero hacer”, dicen todos aferrándose a su basura.


“Los derechos de autor están tan fuera de época que es irrisorio, cualquiera que tenga interés sobre la propiedad intelectual hoy en día está únicamente motivado por el dinero y la codicia. En estos días de consumo de masas y distribución digital, todo es reutilizable una vez que es de dominio público, entonces no veo por qué alguien pueda tener problemas con que su trabajo sea usado, abusado y distribuido.”

Ahora hacen música para gente sin desafíos, sin energía, sin actitud. Quizás algún día la energía y la actitud regresen y la amargura desaparezca.

Revisar su trabajo o releer su postura funciona como evidencia del “alguien tiene que hacerlo” . Las personas no toman riesgos y hacen las cosas mecánicamente, sin mostrar interés cuando han encontrado su hueco. Todos podríamos estar haciendo mucho más en estos días.


Algunas personas hallan lo que necesitan en la oscuridad. Otras se sienten fascinadas por las luces. Hemos llegado y nos marcharemos.