sábado, 29 de agosto de 2015

¿A dónde han ido los susurros?



No es un secreto ni una revelación.

Hay que empezar a apoderarse de las calles. De las esquinas. Del cielo. Del sol, y lo que es más importante, de la sombra.

Yo era una consecuencia del desaliento.

La gente no comprende mi nostalgia. Saber que viene después de cada esquina.

En la nueva ciudad había nuevos derroteros. Derrotero viene de derrota, ya lo sé.

Leí en sus ojos toda la dimensión de mi derrota, de mi derrotero.

En el verano las únicas que tiritan son las estrellas.

Si ries con ganas, parece como si hubiera razones para el optimismo, como si todo tuviera un sentido.

Una mirada sin fin.

Me hice a las penas, bebí mis años.

Las manos pueden andar solas, sin palabras, las manos pueden ser elocuentes, los monosílabos también.

Cerrar los ojos, cómo quisiera cerrar los ojos y empezar de nuevo.

Cerrar los ojos para tocar el fondo de las cosas.

La soledad me ha dejado inmóvil.

Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.

La ilusión es algo que siempre me ha costado administrar.

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