sábado, 4 de abril de 2015

Los errores adecuados

Parece ser que el pianista de bebop Thelonius Monk abandonó una vez el escenario de mal humor. Estaba muy descontento con la música que acababa de tocar. Cuando le preguntaron por qué creía eso, respondió que había cometido todos los errores inadecuados.

Thelonious Monk

Llevar a cabo el trabajo más personal de uno mismo en una época de crisis pública es un acto honesto y legítimo, de confianza en la sociedad, al ofrecer aquello que uno tiene que decir demuestra confianza. 
Y más si cabe cuando el país tiene que enfrentarse cara a cara a una obscena perversión de si mismo que no puede ser aceptada ni destruida : sentimientos de rabia, soledad, fatalismo y deseo.

“¿Cuál es la razón por la que se dedican a destrozar canciones de otros?” Ésta -y así- fue la pregunta que un desconocido les hizo a la salida de uno de sus conciertos. Su respuesta fue contundente: “Alguien tenía que hacerlo”.

Es cierto, se dedican a reformular, con una alta dosis de deformidad, obras de otros, pero sus versiones más que trabajos estéticos parecen funcionar como una respuesta. Alguna vez leí que una de sus ambiciones era “devolverle al mundo la basura que produce” y hoy siento que eso es lo que se percibe frente a muchos de sus trabajos.

“En los últimos diez años, la industria musical ha cambiado hasta quedar irreconocible respecto de lo que era.


“Para mí lo que hago es música honesta, la que quiero hacer”, dicen todos aferrándose a su basura.


“Los derechos de autor están tan fuera de época que es irrisorio, cualquiera que tenga interés sobre la propiedad intelectual hoy en día está únicamente motivado por el dinero y la codicia. En estos días de consumo de masas y distribución digital, todo es reutilizable una vez que es de dominio público, entonces no veo por qué alguien pueda tener problemas con que su trabajo sea usado, abusado y distribuido.”

Ahora hacen música para gente sin desafíos, sin energía, sin actitud. Quizás algún día la energía y la actitud regresen y la amargura desaparezca.

Revisar su trabajo o releer su postura funciona como evidencia del “alguien tiene que hacerlo” . Las personas no toman riesgos y hacen las cosas mecánicamente, sin mostrar interés cuando han encontrado su hueco. Todos podríamos estar haciendo mucho más en estos días.


Algunas personas hallan lo que necesitan en la oscuridad. Otras se sienten fascinadas por las luces. Hemos llegado y nos marcharemos.


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