jueves, 16 de abril de 2015

In Love

La vida es como un anuncio de teletienda al que le han eliminado el producto anunciado.
También está escrito que los vértices y las aristas de los dados han de ser de contorno suave para que su rodar, duradero, tienda al infinito.
Se acuesta pensando que cada noche es una trampa, algo así como un día nublado en el que la lluvia no se decide a caer.
Llegó a la frontera de El Paso, con un coche de segunda mano rojo pálido, en ese momento fue consciente por la película de sudor que descendia por su piel. Sabía que lo que más cuenta en estos casos es la cara, el gesto es lo que te arruina o te salva.
Tan solo una bolsa de deporte y una maleta atada con un cinturón de cuero marrón en el que ponía  <Recuerdo de México>.

Trabajaba todas las noches menos el lunes, que libraba. Su trabajo consistía en, cada vez que salía una chica a bailar anunciarla por megafonía y una vez que ella entraba a la pista adornar sus movimientos con comentarios escuetos que magnifiquen las radiaciones eróticas que ya de por si emite la bailarina.
Se conocieron cuando ella entró a trabajar en el One Way in Love para fregar copas. Dado que estaba buena y era rubia, pronto se decidió que sería una buena candidata para stripper. Una mañana ante él, el dueño y su mujer bailó con el pecho desnudo la  <Simply irresistible>  de Robert Palmer; pasó la prueba con nota.

Esa misma mañana ya se fueron a comer juntos y terminaron en casa de ella entre sábanas estampadas con dibujos de la pantera rosa. Fué allí donde ella le confesó que su mayor ilusión sería ser modelo,
_¿De pasarela?_ preguntó él.
Y ella mirando al techo,
_No hombre, ¿estás loco? Eso no lo ve nadie. De teletienda.

Es bueno ver el mundo como si fuera un sueño. Si tienes una pesadilla, te despiertas y te dices que sólo ha sido un sueño.
Es malo que una cosa tenga dos significados.

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