sábado, 10 de enero de 2015

Juegos con la verdad

Elaboran sus propios y personales regímenes de verdad, dándoles la medida y proporción justa de razón, regulando la vida para así ser la entidad positiva (los buenos), desafinando lo racional mediante la intoxicación.
Ponen al descubierto las distinciones centrales del juego, lo falso, lo maleable, lo incierto, lo ruin.
La experiencia se convierte en una zona repleta de turbulencias, se sienten a sus anchas dominando esa tierra de nadie, se consideran ejemplo de conocimiento, héroes de estatura inmensa en la cuerda floja, indicadores del pensamiento.
Individuos arrastrados a pesar de si mismos, por lo sombrío, "naturaleza abortada", un Gato Félix filosófico obligado a aprender la ley de gravedad de la manera más dura.
En estado alterado de conciencia, deslizan comentarios infundados, se esfuerzan en conectar y extender su dogma(mentiras) de forma colectiva.
Juegan con los juegos del lenguaje de la forma más superficial e impersonal, al estilo clásico.
Pero incluso en ese nivel público, muchos encontraran desconcertante hasta donde son capaces de  llevar el límite de su historia de la verdad, sólo se puede aclarar si se cogen los hilos de algunos episodios de mi vida.
Estoy más allá del bien y del mal, ejerzo el derecho a ser diferente.
No me interesan el rango de conductas que la sociedad o los que ejercen el juego de la verdad puedan dejar fuera de sus normas y la razón(su razón).

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