martes, 5 de julio de 2016

Dando vueltas

David Bowie canta “Heroes” mientras comienzo un viaje que me llevara hasta la estación en Santander. Siempre viajo sola. Bowie canta que puedes ser un héroe aunque sólo sea por un día. Yo lo alargué cuatro. 
Paseando por el barrio, por las mañanas, podía ver el logotipo de Mercedes dando vueltas allá arriba, en aquel edificio impersonal al que suben los adolescentes tras ser perseguidos por la policía. Pensé en hacerme una foto frente al edificio y otra en la estación de tren. En aquellos lugares en los que había vivido sin haber estado allí, porque da igual cómo se llame el lugar; porque siempre hay, y habrá, una estación de tren. Un punto de encuentro para viajar sin coger un tren. No quise hacerme esa foto porque la vida es, de alguna forma, mi propia vida. Y porque me enamoré cuando en una sala oscura vi sus hermosos labios mientras yo misma viajaba sin saber a dónde. Porque mi propia historia me había conducido hasta allí, en donde no cogería ningún tren.
Fui hasta allí para ver una vieja amiga. Ya no es la misma, al igual que yo. La estación ya no es aquel punto de encuentro para viajar sin coger un tren. Pero seguro que en Santander, como en las ciudades, los lugares cambian, pero no las cosas. El logotipo de Mercedes sigue dando vueltas, luminoso. Todo sigue igual.
Bowie canta que podemos ser héroes por un día. Quizás se trate de no ser héroes. Quizás se trate de ser niños. De no atrevernos a mirarnos. De que te dejen serlo. De no crecer tan cerca de una estación y tan deprisa. De acabar con  los viajes a ninguna parte. Quizás se trate de entender porqué una no ha de hacerse fotos en una estación de tren, si desayuna tan cerca del logotipo de Mercedes, que sigue dando vueltas y vueltas, para que quien pueda, compre uno de sus coches. Quizás se trate de saber que tren has de coger. O no. Quizás todo esto tan sólo sea literatura y él siga mirándome a los ojos, desafiante, mientras intento convencerle de que soy como él. Quizás la necesidad de cariño que vi allí compense la historia. De su propia historia. De la mía. Quizás hay trenes que son directos; que no tienen paradas; ni estaciones. Quizás hay trenes que has de coger al vuelo.

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