sábado, 7 de febrero de 2015

Todavía he de volver



Estoy delante del mar apartando moscas. Esperando que termine el horario laboral de los obreros para volver a casa. Todos los días me encuentro al loco del barrio. Cuando te cruzas con él, siempre te saluda, te da la mano, ríe y es feliz en su día a día. Siento como si todos hubieran callado a mi entorno y me hubiera quedado sin exterioridad, sin nada que contar, abierta una brecha en mi interior. Como si el viaje fuera el cuchillo que ha abierto un vacío en mi corazón.

Todavía he de volver, allí quedan mi equipaje, los libros, mi frasco de tinta, pero seré otra. ¿Qué queda de mi después de haber sido cada una de esa que soy a diario? Como si pretendiera un ser continuo, o permanente, que sostuviera cada una de aquellas máscaras con las que todos los días de nuestra existencia nos asomamos a la vida y a los demás.


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