jueves, 4 de febrero de 2016

Se deja presentir



Hice de todo, hice lo que pude, promesas en sueños.

Todos olvidaron menos yo, olvidaron y luego se fueron olvidando a si mismos, que es lo que pasa cuando uno olvida a los amigos. Las traiciones, la hipocresía.

Atrás quedan los coches estrellados.

Atrás queda desangrarte en el balcón, al que a veces vuelvo en sueños.

Quisimos ser leones pero solo somos gatos capados.

Es necesario saber con precisión lo que uno quiere y decir a cada uno justo aquello que quiere oír, aquello que quiere oír desesperadamente.

Ensayo una sonrisa de lado para él, pero él no me vé sonreír.

Si nos metemos en una habitación oscura, sin límite de tiempo, si lo desnudo y él me desnuda, todo se arreglará, la locura, la tristeza que por momentos me asfixiaba. Pero no le dije nada.

Me puse a pensar en la vida, en las cosas que ocurren a un palmo de tus narices y que a veces comprendes y otras, la mayoria, no.

Entonces ese pensamiento me llevaba a otro pensamiento y ese otro a otro...

Compartiamos pocas cosas, su gusto por contar historias desesperadas el mío por escucharlas.

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